Cartesiano

EL AQUÍ Y EL AHORA, LA CLAVE DE LA SERENIDAD

EL AQUÍ Y EL AHORA, LA CLAVE DE LA SERENIDAD

EL AQUÍ Y EL AHORA, LA CLAVE DE LA SERENIDAD

Percibir nuestra propia existencia, y el reconocimiento de la realidad, parece una tarea sencilla, que pasamos muchas veces por alto, ya que es nuestro cerebro quien procesa la información y como resultado nos da un estado mental personal, donde cada individuo guía a su propia manera la forma de interactuar consigo mismo y con su entorno.

Aunque los humanos no somos los únicos que tenemos la capacidad de ser conscientes, nuestra línea evolutiva nos ha permitido, reflexionar, socializar, empatizar, hasta el punto de analizar, buscar y tratar de comprender el significado del “yo”, y a su vez, el propósito que tenemos cuando nos relacionamos con la naturaleza, los animales, incluyendo los humanos y el cosmos en general.

En todo este concepto de conciencia, no deja de existir lo misterioso, lo mágico, lo que nos conecta con el mundo de la espiritualidad debido a que no solo se puede basar en el funcionamiento de la corteza cerebral, puesto que buena parte de lo que significa “la consciencia” es subjetivo e intrínseco de cada individuo.

Viéndolo desde otro punto de vista, es la consciencia quien nos guía sobre la línea del bien y del mal. Que para cada cultura, puede ser diferente; y es así como se genera lo que es una consciencia colectiva, la cual nos ayuda a funcionar como una sociedad, idealmente armoniosa.

Regresando al punto donde el proceso de la consciencia se reduzca a una función de la cual no nos preocupamos, y esta se realice de manera autónoma, no habría diferencia entre el solo vivir por vivir, a que, si estuviéramos en cierta forma en un estado de trance, donde realmente, no estamos disfrutando de nosotros mismos y de todos esos maravillosos estímulos que nos proporciona la naturaleza a cada segundo de nuestro día.

Podemos reaprender a reconectarnos, a querernos, a amarnos y así disfrutar el aquí y el ahora, a vivir con conciencia plena, y no dejar que el tiempo tan relativo que tenemos en este mundo se nos escape de las manos, entre preocupaciones, miedos, y superfluidades.

Para amarme debo cuidar de mi mismo, estableciendo el autocuidado, por medio de la prevención de la salud, física, mental y espiritual, entre algunos puntos donde se puede comenzar, y por mencionar algunos, está el incluir  el conocer cómo funciona mi organismo -ritmos-, incorporar  movimiento ya sea desde la danza, hasta un trabajo muscular intenso, una nutrición consciente, donde la comida realmente sea nutritiva, el tener conexión con la naturaleza, admirar el  arte, y con toda esta vibración  hermosa, nos lleve a la consciencia plena, al equilibrio que se traduce en serenidad.

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Por: Dra. Lisseth Gómez en Cartesiano

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